viernes, 3 de junio de 2016

Eduardo Galeano - La luna





La luna


La luna se moría de ganas de visitar la tierra.
Después de mucho dudar se dejó caer.
Había venido por un rato nomás, pero quedo atrapada en la copa de un árbol cuando empezaba su viaje de regreso al cielo.
La luna sintió que nunca más iba a liberarse de esa prisión de ramas y se sintió horriblemente sola, pero tuvo la suerte de que un lobo apareciera, desde lo hondo de la selva, y el lobo pasó toda la noche jugando con ella, acariciándola con el hocico, haciéndole cosquillas en la blanca panza y contándole chistes que no eran del todo malos.
Poco antes del amanecer, el lobo la ayudó a liberarse del ramaje y la luna se marchó, cielo arriba.
Pero no se fue sola: le robo la sombra al lobo, para que él nunca olvidara esa noche compartida.
Por eso el lobo aúlla.
Esta suplicando que la luna le devuelva su sombra robada.
La luna se hace la sorda.



-Eduardo Galeano, en el libro "El Cazador de Historias"




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